miércoles, 4 de mayo de 2011

hegemonia macedonica

Después de las guerras del Peloponeso, en donde cada estado griego buscaba mostrar su poderío

frente a los demás, estos quedaron muy debilitados y ninguno estaba en condiciones de asumir la hegemonía. Llegaría entonces el turno para otro estado que hasta entonces no había desempeñado papel alguno en la historia su nombre era Macedonia. Los macedonios eran considerados por los griegos como campesinos y bárbaros ya que estos conservaban costumbres que ya los griegos no. Tampoco hacían parte de las leyendas y gestas de la Hélade, ni tenían acceso a los jugos olímpicos ni demás festividades, es decir, que nunca fueron admitidos por la comunidad griega cuyo centreo era Delfos. Macedonia era constituida por un pueblo de campesinos en un país fértil con un clima húmedo, su civilización era inferior a la de otros pueblos en el momento en que Filipo sube al trono.

Filipo era un macedonio que llevaba su vida como cualquier otro, carecía de moderación y autodominio, practicaba ejercicios violentos, sobretodo la caza; comía hasta la saciedad y no le importaba aparecer embriagado a plena luz del día. Sin embargo los meritos de Filipo superan sus vicios. A los catorce años, fue enviado como rehén a tebas, que no era la ciudad más atractiva de Grecia en ese momento pero fue ahí donde conoce importantes estrategas militares como Pelópidas y Epaminondas. En cuanto a política Tebas no tenía mucho que ofrecerle pero sin embargo aprendió mucho más de lo que hubiera aprendido en Macedonia.

Filipo era un hombre brillante, si bien aprendió de otros, esto no es suficiente para lograr todo lo que hizo; al comienzo de su reinado en el 359, sabía muy bien lo que tenía que hacer. Primero que todo se dedico a eliminar a su competencia, los demás aspirantes al trono, y a eliminar las fuerzas ilirias que ocupaban Macedonia; en menos de dos años logró esto. Al ver el gran éxito en sus operaciones, le dio mucha confianza para así crear una política de expansión. Lo que hizo fue reformar el ejército, poseía buen material humano ya que el campesino macedonio era idóneo para servir al ejército. Filipo organizó la caballería y la infantería según el modelo inventado por Epaminodas, formación llamada incluso hasta hoy “falange macedónica”; creó en la caballería una unidad táctica que hasta entonces nadie más había tenido esa idea, es por eso que se le considera el creador de la caballería, en general, Filipo revolucionó el ejército y lo perfeccionó su hijo Alejandro. Después de creada su estructura militar, se aseguró económicamente para poder el desarrollo de su política de expansión apoderándose de las minas de Tracia ricas en oro y plata que pertenecían a Atenas. No solo se apoderó de ellas si no que mejoró su producción logrando sacar una renta de 1000 talentos al año. El siguiente paso fue crear una flota, para esto tubo que enfrentarse a los atenienses quienes dominaban gran parte de la costa, pero no tuvo mucha resistencia y en poco tiempo quedó suya toda la costa hasta el Helesponto.

En Atenas, Filipo tenía un gran opositor llamado Demóstenes quien era un orador, el mejor en su tiempo, aunque carecía de condiciones físicas para serlo, trabajó sin descanso para corregir sus errores, hasta lograrlo. Demóstenes invirtió muchas energías en prevenir a sus compatriotas del astuto macedonio. Él argumentaba que la monarquía era enemiga de las leyes y de la libertad; la lucha entre Atenas y Filipo se podría resumir como la lucha entre la política urbana contra la monarquía. Pero esta lucha era más producto del gran miedo que sentía Demóstenes por Filipo ya que este último, admiraba demasiado a la ciudad más culta de Grecia; quería adueñarse de su dirección política, es cierto, y también de Grecia entera, pero veía en Atenas la cuna cultural de su futuro imperio.

Demóstenes sigue empeñado en su política contra Filipo, consigue dirigir la política ateniense y formar con corintio y otros estados griegos una alianza contra este. Se esperaban con gran ansiedad los resultados de las elecciones en Tebas; el triunfo fue para el partido que simpatizaba Demóstenes, lo que significaba una victoria para el ateniense y un revés par Filipo. Estalla la guerra, Macedonia el mando de Filipo y junto a su hijo Alejandro de tan solo 18 años de edad logran vencer. En esta ocasión Filipo no persigue a los vencidos hasta la muerte y la destrucción total de la ciudad si no que quería una reconciliación con ellos, he aquí demostrada la gran sabiduría de este rey. No los obligaría tampoco a nada ya que esto crearía inconformidad entre los habitantes dejándole así en bandeja de plata la ciudad al imperio Persa. Así los atenienses comprobaron asombrados que el vencedor no era como Demóstenes se los había hecho creer, estaban tan asombrados y en cierto modo agradecidos que le erigieron una estatua.

Victorioso Filipo se propone a derrotar al enemigo mayor, los Persas, quienes habían golpeado duramente a Grecia tiempo antes. Firma un tratado con Atenas donde su dominio se extendía en toda gracia. Filipo fue capaz de crear la paz entre todos los estados del peloponeso y unirlos (excepto a esparta) para la guerra definitiva. Fue nombrado presidente y generalísimo con el titulo de “hegemon”. Esta iniciativa fue bien acogida por los helenos ya que por fin se les hacía realidad un sueño que tenían, aunque, de forma diferente a como ellos tal vez se lo imaginaban. Terminadas las tareas de reorganización, Filipo regresa a Macedonia donde se dedica a conciencia a preparar la guerra contra los persas. Ese mismo año en Persia muere Artajenes quien fue sucedido por Darío III.

Con más fuerzas el primer objetivo fue liberar a los Jonios del dominio persa, para ello envió una fuerza de 10000 hombres a Asia menor. Pero antes de realizar sus planes, Filipo murió acecinado durante la boda de su hija por un joven quien vengaba la afrenta de un pariente de la segunda esposa de Filipo. El joven fue ejecutado de inmediato. Alejandro mana a ejecutar a todos los cómplices y aprovecha para deshacerse de una vez con algunos pretendientes al trono, argumentando que eran cómplices del asesinato de su padre.

Con la muerte de Filipo, quien continúa al frente del prematuro imperio sería Alejandro.

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